¿Puede afectar la mente a la hora de tener una lesión?

¡Atención deportista! ¿Has tenido alguna vez la sensación de que tu mente está trabajando en tu contra cuando sufres una lesión? Tranquilo, ¡no estás solo!

Pero ¿puede afectar la mente a la hora de tener una lesión?
La respuesta es un sí rotundo.

La mente puede influir en las lesiones deportivas de varias maneras. El estrés y la ansiedad pueden afectar a la capacidad que tiene el cuerpo para relajarse y recuperarse de los esfuerzos físicos. Esto puede hacer que aumente el riesgo de sufrir lesiones debido a una tensión muscular excesiva y la fatiga.
No solo eso, la confianza y la actitud pueden influir en gran medida a la forma en la que un deportista se enfrenta a los desafíos físicos y por supuesto, al riesgo de sufrir una lesión. Por ejemplo, una persona que tiene una actitud positiva y confía en sus habilidades deportivas, seguramente tome más medidas de precaución y se prepare mejor para la realización del ejercicio físico, lo cual hará que el riesgo de lesionarse se reduzca.

Tampoco podemos olvidarnos que cuando vamos a hacer ejercicio, la atención y la concentración son piezas fundamentales. Una persona que se distrae fácilmente o que no está completamente concentrada es más propensa a sufrir una lesión porque puede pasar por alto detalles importantes como utilizar una técnica adecuada o no ser capaz de identificar posibles riesgos.

Pero ahora bien, si ya te has lesionado, debes saber que la mente también puede afectar a la capacidad de recuperación de una lesión así que pon atención a lo que viene…

En primer lugar, tienes que saber que el estado emocional de una persona puede influir en su capacidad de manejar el dolor y la incomodidad que supone el proceso de recuperación de una lesión. Una persona que está estresada o ansiosa puede tener más dificultades para tolerar el dolor y seguramente sienta más frustración durante la recuperación. No desesperes relájate, respira y tómate tu tiempo. Una lesión en ocasiones puede ser un proceso largo, pero al final conseguirás estar de nuevo como un roble.

En segundo lugar, la actitud y la motivación también pueden influir en la capacidad de recuperación. Una persona que tiene una actitud positiva y está motivada puede tener más capacidad y constancia a la hora de realizar los ejercicios de rehabilitación necesarios para recuperarse, así que no decaigas, las mejorías pueden tardar en llegar, pero ¡tú puedes y lo sabes!

Por último, es importante tener en cuenta que la mente también puede influir en la capacidad de recuperación a través de la relajación y la meditación. ¿Cómo? Muy sencillo, estas técnicas pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que puede facilitar la recuperación y mejorar la capacidad para manejar el dolor. Además, has de saber que la meditación y la relajación pueden ayudar a mejorar el descanso y la calidad del sueño, lo que también puede ser beneficioso para la recuperación.

En resumen, la mente es prodigiosa y de cada uno de nosotros depende trabajarla para ser capaces de mantenerla fuerte, equilibrada y en forma. Cuidar el cuerpo es importante al igual que cultivar la mente “Mens sana in corpore sano”.

¡Hasta la próxima y que la mente te acompañe!