Lo que debemos y no debemos hacer cuando corremos en verano
Pubicado el: 19/06/2017 10:52:41
Categorías: Entrenamiento , Todos
En verano, debido a las altas temperaturas, correr puede poner nuestra salud en riesgo. Al no estar adaptados a estas temperaturas, es probable que el rendimiento disminuya o incluso que suframos una lesión. Entre otras cosas, y dependiendo de la persona, el calor puede provocar hipertermia o deshidratación, lo cual supondrá calambres musculares, desvanecimientos, síncopes o desmayos.
Salvo que seamos atletas de elite, la competición lo requiera y bajo la supervisión de profesionales de la salud, deberíamos evitar correr con altas temperaturas, ya que los riesgos no compensan. Cuando corremos el músculo genera calor, aumentando nuestra temperatura corporal, y dado que la temperatura a la que nos exponemos será superior, nuestra temperatura corporal será acorde a la temperatura externa y la intensidad del entrenamiento.
Hay que tener en cuenta que no solo afecta el calor, también la humedad, ya que esta evita que el cuerpo se refrigere y se libre del sudor, por ello conviene comprobar el pronóstico y conocer en qué momento la humedad es más elevada.
¿Qué podemos hacer para reducir este riesgo?
-Prevenir, con el uso de crema protectora, gorra, ropa ligera y transpirable, entrenar en zonas de sombra, e hidratarse correctamente.
Debemos hidratarnos correctamente antes, durante y después del entrenamiento, teniendo a mano una botella de agua que usaremos antes de llegar a tener sed o correr en algún sitio que tenga fuentes. En condiciones de calor debemos beber dos vasos más de agua al día, y consumir líquidos que contengan electrolitos, ya que se van a perder muchas sales.
-Entrenar cuando haga menos calor, por ejemplo a primera hora de la mañana o cuando caiga el sol.
-Entrenar de manera suave y progresiva adaptándonos así al medio.
Si por alguna razón no podemos llevar a cabo lo anterior, lo que sí debemos hacer es bajar la intensidad de nuestro entrenamiento: no hacer series de ejercicios fuertes ni de muy alta intensidad, ya que estos provocaran fatiga y un aumento de la temperatura corporal.
¿Cómo podemos saber que estamos sufriendo un golpe de calor?
Si sentimos nauseas, pesadez, malestar o dejamos de sudar, deberemos ir a un sitio con sombra y beber algo frío.
¿Qué podemos hacer entonces para poder entrenar en esos días?
Debemos entrenar con una intensidad media-baja con una frecuencia del 50% respecto a nuestro umbral aeróbico, o realizar ejercicios de una escala 5-6 sobre 10 pero con recuperaciones entre series. También podemos aprovechar estas altas temperaturas para practicar natación u otros deportes en los cuales la temperatura no afecte tanto.